Un país que no tiene tierra

Imaginen un país que existe en el aire. Su capital se encuentra escondida en Roma y emite el pasaporte más extraño del mundo.Ahora imaginen poder visitarlo. ¿Cómo no atreverse a tener el sello de la muy extraña pero hospitalaria Soberana Orden de Malta?


Desde niño he tenido extrema curiosidad por visitar rincones del mundo que solo conocía por fascículos de libros de historia universal que nunca terminaba de armar. Aunque me parecía imposible visitarlos (más con mi pasaporte), me obsesionaba con conocer lugares extraños. Hace ocho años y por esa curiosidad, terminé yendo al Buco di Roma que para ese entonces era un "secreto". La fila -de unas seis personas-, esperaba para ver en el ojo de una cerradura la inédita toma de tres países a la vez:

Ciudad del Vaticano, Italia ... y la Soberana Orden de Malta.

Los jardines pertenecen a esta orden que goza de ser un estado soberano sujeto de derecho internacional, con su propia constitución, gobierno y cuerpo diplomático.Pero no aparece en el mapamundi. No tiene tierra.En tripas de la "ciudad eterna" se forma un laberinto de historias que se nos va vida y media contar: la perfección córnea del Panteón, el inexorable Foro o atravesar al estado más pequeño del mundo en El Vaticano.


En mi última visita a Roma recibo un mensaje de un amigo igual de friki en visitar "territorios improbables" como lo llama Pedro Torrijos.

“Dan, ¿por qué no vas al centro de visitantes de la Orden de Malta?". Y descubro que hay quienes cuentan entrar ahí como entrar a un país.En la Via Condotti -esa calle que remata en Plaza de España-, llego al número 68. ¿Mi única pista? Una bandera roja que pasa desapercibida por miles al día. He llegado a la capital de la Soberana Orden de Malta.


Digo "capital" porque lo dice Wikipedia. Verán, la Orden no es una peña de cinco soldados que decidieron jugar al Age of Empires y acabaron en la ONU. Se formó originalmente en 1099 en Jerusalén en tiempos de las Cruzadas como unidad médica militar. Pero como cristianos y musulmanes no se llevaban bien, fueron expulsados y trasladaron su sede a Chipre, luego a Rodas (hasta 1522 en que perdieron la isla) pasando su sede a Malta en 1530 para que la gobernaran por donación de Carlos V.

Su nombre, "Soberana y Militar Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén de Rodas" terminó agregándosele el "y de Malta" y gobernaron la isla teniendo hasta colonias en el Caribe, hasta que Napoleón los expulsa en 1798.Los británicos habían acordado devolver Malta a la Orden, pero después de pensarlo de una forma muy británica decidieron cambiar de opinión y quedarse la isla para ellos en 1802. Los sanjuanistas quedaron sin tierra y el Papa decide regalarles un palacio en Roma en 1834.

Ahí siguen. Como goza de estatus extraterritorial y ante el hecho que Malta no desea ser gobernada por la Orden de Malta, han quedado literalmente encerrados en el Palacio Magistral. Estoy a centímetros de un nuevo "país". La única capital con timbre. La reja se abre y paso a la recepción, donde una foto del Gran Mestre preside la oficina y yo, cumpliendo con el horario de la web, digo que quiero entrar al Centro de Visitantes como tantos frikis.

Me dicen que la entrada es otra puerta.



No más al doblar la esquina, veo que solamente queda la placa con sus trece apellidos malteses en la única puerta posible con la mala suerte que el timbre está desinstalado.Pero me puede más la curiosidad. Justo a la vuelta veo que la Orden hospitalaria tiene su propio centro de salud.Es que son una capital en .zip.Es su naturaleza hospitalaria la que hace que la ONU les permita intervenir de manera neutral en casos humanitarios y mediar en situaciones diplomáticas.

¿Ven el médico? Pues bien, me le he acercado a preguntarle sobre el Centro de Visitantes, con lo que se da media vuelta para preguntar adentro.Veo la puerta medio abierta, tentándome a entrar.

Pero antes que pueda hacer algo, aparece. "Lo siento", me dice. "El Centro de Visitantes cerró definitivamente". Resulta que entrar al Palacio Magistral no es posible. Los que pudieron visitar el centro de visitantes y contar su paso por acá como una visita a un país, tuvieron suerte de hacerlo.


Entonces veo la placa en la puerta que dice que esta microcapital tiene una oficina postal y que debería estar abierta. ¿Y que creen que hice? No lo había terminado de pensar y ya estaba empujando la puerta. Oficialmente, he entrado. Estoy en un país que existe en el aire.Resulta que la Orden de Malta tiene una oficina de correos. Emite estampillas y como su filatelia no puede viajar porque no tienen territorio, entonces tiene un solo buzón en el mundo.


"¿No se les ha ocurrido estampar pasaportes?", pregunto en broma. Me responde que no pueden hacerlo: no tienen tierra, así que no pueden hacer "migración". Pero lo irónico es que tienen su propio pasaporte, de los que solo hay 500 en el mundo. Aunque parezca tentador pertenecer al estado soberano más extraño del mundo (SPOILER: imposible), quedo satisfecho con haber entrado a su capital escondida en una esquina de Roma, delimitada solo por dos banderas rojas de un país que existe en el aire

Un "país" sin sello en el pasaporte pero que visité.